Aunar fuerzas como sinónimo de éxito para una comarca diversa, talentosa y con encanto
Manuela Millán
Empresarios de la Sierra de Segura analizan las fortalezas y necesidades de los pueblos en los encuentros ‘Jaén en Futuro’ de la mano de IDEAL y Caja Rural
La Puerta de Segura. La importancia de creer y crear, en lo propio y en la unión del talento. La Sierra de Segura, rincón tan singular de la provincia, de inviernos fríos y campos infinitos, que mezcla la esencia del olivar con una naturaleza pura, tiene un elemento común que une a los trece municipios que la componen, la dureza y el trabajo de quienes mantienen vivo este inmenso parque natural.
Precisamente con el objetivo de poner en valor esos rasgos que definen y diferencian cada rincón de la provincia, pero también para analizar de manera constructiva el camino a seguir, se ponen en marcha un año más ‘Encuentros Jaén en Futuro’, impulsados por IDEAL de la mano de Caja Rural. La primera parada tuvo como destino La Puerta de Segura y sus protagonistas aquellos que cada mañana levantan la persiana convencidos del futuro de su tierra.
Moderados por el delegado de IDEAL en Jaén, José Luis Adán, se desarrollaron en la sede del Consejo Regulador Sierra de Segura, cuyo presidente, Pedro Gómez, fue el primero en tomar la palabra. El concepto que más destacó fue «esperanza», la que supone tener una marca que agrupa a 8.000 agricultores de amplia trayectoria, unidos por la defensa de un aceite de oliva «con características propias». «Tenemos un aceite con sabor afrutado, a tomate y manzana, matices que lo hacen especial», subraya.
Gómez además hizo hincapié en la importancia de «continuar con lo que está hecho», y lo más importante, «creer en lo que hacen». «Tenemos muchas posibilidades y tenemos que creer en ellas para poder potenciarlas», apunta. Para ello, están poniendo en marcha proyectos diversos, como fomentar el autoconsumo con la marca, o acuerdos de colaboración con los lugares que utilicen la D.O. para crear una imagen que llegue a los consumidores a través de la famosa ardilla, que es la imagen de esta denominación.
En esa lucha por mantener su marca en lo más alto se encuentra Olga González, de Laiol Biocosmestic. Esta empresa nació en 2012 cuando dos hermanas decidieron «darle una nueva salida al aceite de oliva». Así, Olga y Laura han ido poco a poco creando una marca propia de cosmética tras años fuera de casa y que se define por ser «natural, vegana y ecológica». A ello se une una nueva línea, la fabricación a terceros, por lo que desde Puente de Génave exportan ‘al mundo’ ya que la mayoría de sus clientes son de fuera. Y, en todos sus artículos, está presente el aceite de oliva.
Una década después, la experiencia lleva a Olga González a apuntar, como gran ventaja, el entorno en el que trabaja, que para ella «no tiene precio». Sin embargo, reconoce que, a nivel empresarial, «se han encontrado numerosas trabas». «Tenemos poca población y, al contar con una marca premium, no hay una gran conciencia, por lo que nuestro nicho de mercado está fuera y eso hace que nos cueste más trabajo cada paso», resume.
El turismo rural se ha convertido en uno de los mejores embajadores de la zona
Desde La Matea
En uno de los rincones más bonitos y desconocidos de Jaén, La Matea (Santiago-Pontones), se da vida a un manjar irresistible, ‘los jamones’ de Matías Muñoz. Eso sí, la Despensa del Berral (desde 1997) va mucho más allá y con los años ha ido incorporando una amplia variedad de embutidos que dio lugar a una tienda gourmet en La Matea, a la que le dan impulso a través de diversas promociones, como catas o fusiones con el aceite. ¿Y cómo es posible que en una aldea sea viable y llegue a todos los rincones del país y hasta Francia? Pues según trasladó Matías Muñoz durante este coloquio, es la «diferenciación», clave en los tiempos que corren.
Eso sí, al igual que el resto de empresarios, es consciente de los déficit de la comarca, entre los que destaca la «acusada despoblación de los últimos años» que lleva a «una escasez de personal cualificado». Por tanto, la principal necesidad pasaría por «fomentar el asentamiento de las nuevas generaciones» que aseguren un futuro a estos territorios.
Y precisamente a esas nuevas generaciones pertenece Ramón Alba, un joven de Orcera que ha tomado las riendas de su empresa familiar, Cortijo La Julia, que nació en 2005. Acostumbrado de pequeño a ser anfitrión de los visitantes, decidió volver a casa tras pasar por la universidad y, en 2015, decidieron apostar por las plataformas para llegar al cliente. Ahí empezó su interés por el negocio, apostando por un modelo selecto junto con su hermana, que los ha hecho llegar a ser «el alojamiento mejor valorado de Google».
En 2020 sigue esa expansión y se incorpora a la línea de alojamientos el Balcón de Julieta, que Ramón Alba define como «turismo de lujo». Movido por el ímpete de poder desarrollar su carrera profesional en casa, se siente «un embajador de la comarca». «El objetivo debe ser ofrecer al turista, como embajador, que tenemos mucho más y que el interés se expanda en los distintos sectores que están presentes en nuestros pueblos», subraya.
El papel institucional lo puso Ana Civantos, responsable de zona 1 de Caja Rural, que aplaudió «el esfuerzo y el cariño de los empresarios que hacen referente a la comarca se la Sierra de Segura». «La Caja Rural apuesta por esta comarca, presente en todos los municipios ya que nuestros objetivos son profesionalidad y cercanía», apunta. También recuerda que, junto a la apuesta de los empresarios, también lo hacen con la ciudadanía, «prestando un servicio cercano y directo».
Además, volvió a ponerse a disposición de los emprendedores, claves para el futuro y los animó a «seguir apostando por su tierra».
«Agilidad»
Una de las voces de la experiencia durante la jornada, la de José María Ferré, presidente de la Cooperativa agrícola Agrosegura, apostó por la unión, a lo que el resto de participantes asintieron con ahínco. En el caso de su cooperativa, nació en 1998 tras la fusión de otras tres. Desde entonces, han recorrido un largo camino apostando por la calidad del aceite y cambiando mentalidades en el sector.
En cambio, considera que hay «mucha fragmentación» en la comarca que provoca que «el camino sea más difícil para todos». Además, hay otro reto, la falta de «agilidad». «La enorme burocracia a la que se enfrenta un emprendedor provoca que todo sea mucho más lento y, por tanto, haya quien se quede en el camino y otros que encuentren muchas más trabas de las que deberían, con ayudas que llegan escasas y tarde», resume. Por tanto, considera que «se debe potenciar una menor dependencia de las administraciones».
Una de las necesidades de los emprendedores es agilizar y reducir la burocracia
Creer en el talento y unirse para desarrollarlo
Dos conceptos claves se debatieron en los ‘Encuentros ‘Jaén en Futuro’, las posibilidades de una comarca en un entorno envidiable, pero también duro, serrano, que va intrínseco en el carácter de su gente; y la necesidades precisamente de que quienes abren cada día su negocio se unan para progresar en conjunto. Y, para ello, es necesario creer en sus potencialidades. Fueron conceptos en los que todos los integrantes de la mesa coincidieron y se pusieron como deberes. Ahí recae la seña de identidad de la Sierra de Segura y ese debe ser el camino a seguir como gran conclusión.
Con debates, alianzas y proyectos comunes que, a la vez, supongan un toque de atención para las cuentas pendientes que tiene la administración. Proyectos tan importantes como la mejora tan necesaria de las comunicaciones; servicios de calidad que asienten a la población; oportunidades que seduzcan y permitan a los jóvenes quedarse en casa y nuevas oportunidades como la apuesta por las tecnologías, esenciales en este tipo de territorios.
Y de todo ello se extrae otra conclusión, el valor añadido de unir experiencia y juventud. Empresarios que llevan décadas luchando por sus negocios y, con ello, por su tierra, unido al ímpetu de la juventud y las ideas nuevas que crean una sinergia de éxito. Retos por delante nada fáciles, en los que administraciones, entidades y empresarios deben caminar de la mano.